Las distorsiones y patrones de conducta se refieren a formas de pensar y comportarse que pueden ser irracionales, poco saludables o limitantes. Estas distorsiones y patrones pueden tener un impacto negativo en nuestra vida y en nuestras relaciones con los demás.
Aquí hay algunos ejemplos de distorsiones y patrones de conducta comunes:
Catastrofismo: Tendemos a anticipar lo peor y exagerar el impacto negativo de los eventos o situaciones, lo que puede generar ansiedad y preocupación excesiva.
Pensamiento polarizado: Vemos las cosas en términos de todo o nada, sin reconocer los matices y las posibilidades intermedias. Esto puede llevar a una visión extremista y rigidez mental.
Personalización: Atribuimos de manera excesiva la responsabilidad o culpa a nosotros mismos por eventos o situaciones que están fuera de nuestro control.
Filtrado mental: Centramos nuestra atención solo en los aspectos negativos de una situación, ignorando los aspectos positivos o más equilibrados.
Pensamiento emocional: Basamos nuestras conclusiones y acciones en nuestras emociones del momento, sin considerar de manera objetiva la evidencia o los hechos.
Autoexigencia excesiva: Nos ponemos estándares de perfección irrealistas y nos juzgamos duramente a nosotros mismos cuando no los cumplimos.
Victimización: Nos vemos a nosotros mismos como víctimas de las circunstancias, sin asumir responsabilidad por nuestras acciones y decisiones.
Estos son solo algunos ejemplos de las muchas distorsiones y patrones de conducta que pueden existir. Es importante reconocerlos y trabajar en cambiarlos mediante técnicas como la Formación en Terapia Transpersonal ARIMA.
Si sientes que estos patrones de conducta están afectando negativamente tu vida, es recomendable buscar el apoyo de un profesional: Ponemos a tu posición nuestro equipo de Terapeutas cualificados Transpersonales para una consulta presencial u online.
